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Amazonía en riesgo: El guacamayo jacinto (Anodorhynchus hyacinthinus) y la lucha por la vida en la selva

Foto del escritor: Pétala Souza FariasPétala Souza Farias



El Bioma Amazónico, una de las mayores reservas de biodiversidad del mundo, se extiende desde el Océano Atlántico hasta las laderas orientales de la Cordillera de los Andes, abarcando altitudes de hasta 600 metros. Esta vasta región, que ocupa partes de nueve países de América del Sur, tiene el 69% de su superficie ubicada en Brasil (FERREIRA; VENTICINQUE; ALMEIDA, 2005). En territorio brasileño, la Amazonía comprende los estados de Pará, Amazonas, Maranhão, Goiás, Mato Grosso, Acre, Amapá, Rondônia y Roraima, sumando aproximadamente 4.871.000 km2. La población de la región se estima en unos veinte millones de habitantes, de los cuales el 60% vive en zonas urbanas (INPE, 2004). La relevancia ecológica de este bioma trasciende fronteras, posicionándolo como una pieza clave para la estabilidad ambiental global.

El modelo tradicional de ocupación y explotación de la Amazonía ha impulsado un preocupante aumento de la deforestación en la llamada Amazonía Legal. Este fenómeno no se debe a un solo factor, sino que resulta de una compleja interacción de variables socioeconómicas y ambientales (ALENCAR et al., 2004). Entre los principales agentes de esta degradación se destacan la especulación de tierras a lo largo de las carreteras, la expansión urbana, la ganadería extensiva, la explotación maderera y la agricultura de subsistencia. Estas actividades han provocado una pérdida significativa de las funciones ecológicas esenciales de la región, amenazando no solo la biodiversidad local, sino también el equilibrio climático global (FERREIRA; VENTICINQUE; ALMEIDA, 2005).

Uno de los símbolos de esta biodiversidad amenazada es el guacamayo jacinto (Anodorhynchus hyacinthinus), perteneciente a la familia de los psitácidos, que también incluye loros y periquitos (Chagas et al., 2023). Con su plumaje de un azul intenso y comportamiento sociable, esta ave habita biomas como la Amazonía, el Cerrado y la Caatinga, encontrándose en estados como Pará, Tocantins, Goiás, Mato Grosso y Bahía (CHAGAS et al., 2023). El guacamayo jacinto desempeña un papel fundamental en el equilibrio ecológico, actuando como dispersor de semillas, lo que contribuye a la regeneración natural de los bosques. Su presencia en el ecosistema es un importante indicador de la salud ambiental de la región (CHAGAS et al., 2023).

A pesar de su importancia, esta especie enfrenta graves amenazas. La destrucción de su hábitat natural, junto con la caza furtiva y el tráfico ilegal de fauna silvestre, ha puesto al guacamayo jacinto en peligro de extinción (CHAGAS et al., 2023). Brasil, reconocido por su riqueza natural, ocupa una posición destacada en el comercio ilegal de fauna silvestre, siendo el contrabando de animales uno de los tres mayores tipos de comercio ilícito del mundo, junto con el tráfico de drogas y armas (UFMS, 2020).

Según la Agencia Brasil (2024), más de 1,8 millones de hectáreas de vegetación nativa fueron deforestadas en Brasil en 2023. De ese total, el 97% tuvo como principal causa la expansión agropecuaria. Los biomas Cerrado y Amazonía, juntos, sumaron el 86% del área deforestada, con el Cerrado superando a la Amazonía en extensión de devastación por primera vez desde 2019, representando el 61% del total, mientras que la Amazonía representó el 25% (AGÊNCIA BRASIL, 2024; RAD, 2023).

Esta devastación ambiental amenaza no solo la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, como la regulación climática y el equilibrio de los ciclos hidrológicos, sino también la supervivencia de especies como el guacamayo jacinto. La fragmentación de los hábitats naturales y las presiones impuestas por el tráfico de fauna silvestre refuerzan la necesidad urgente de políticas públicas eficaces y estrategias de conservación para proteger la rica biodiversidad brasileña. Solo con un enfoque integrado que concilie el desarrollo económico con la preservación ambiental será posible garantizar la supervivencia de este valioso patrimonio natural para las futuras generaciones.

Ante este alarmante escenario, se vuelve imperativo replantear las estrategias de desarrollo y gestión sostenible de la Amazonía. La preservación de este bioma no es solo una cuestión ambiental, sino una necesidad urgente para garantizar el equilibrio climático, la seguridad alimentaria y la diversidad biológica del planeta. El guacamayo jacinto, símbolo de la riqueza natural brasileña, representa la lucha por la protección de los recursos naturales frente a las presiones económicas y sociales. Promover la educación ambiental, fortalecer la fiscalización contra los delitos ambientales e incentivar prácticas sostenibles son pasos fundamentales para revertir la trayectoria de degradación. El futuro de la Amazonía y sus especies depende de la responsabilidad colectiva, del compromiso social y de políticas públicas que prioricen la conservación de la vida. Solo así será posible proteger este inestimable patrimonio natural y garantizar la continuidad de sus beneficios para las generaciones

futuras.



Leyenda: Distribución geográfica del guacamayo jacinto en Brasil. Fuente: WikiAves
Leyenda: Distribución geográfica del guacamayo jacinto en Brasil. Fuente: WikiAves

Leyenda: Guacamayo jacinto en su hábitat natural. Fuente: Fauna y Flora Brasil
Leyenda: Guacamayo jacinto en su hábitat natural. Fuente: Fauna y Flora Brasil

Autora: Pétala Souza Farias – Vice Dirección de Tesorería y Patrocinios de GEAS Brasil

Revisión: Iago Junqueira – Socio de GEAS Brasil por The Wild Place

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