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Foto del escritorGEAS Brasil

El moquillo: un peligro para los carnívoros salvajes


El moquillo es una enfermedad infecciosa causada por el virus del moquillo canino (VMC), un parásito intracelular obligado perteneciente a la familia Paramyxoviridae y al género Morbillivirus. El CDV puede afectar a una amplia gama de especies, tanto terrestres como marinas, abarcando las siguientes familias: Canidae, Mustelidae, Hyaenidae, Ursidae, Viverridae, Cercopithecidae, Procyonidae, Felidae y Tayassuidae (Lunardi et al., 2018). En Brasil, existen seis ejemplares de cánidos silvestres que actúan como hospedadores de este virus, a saber, el perro venadero (Speothos venaticus), el lobo de crin (Chrysocyon brachyurus), el zorro de orejas cortas (Atelocynus microtis), el zorro cangrejero (Cerdocyon thous), el zorro gris pampeano (Pseudalopex gymnocercus) y el zorro de campo común (Pseudalopex vetulus) (Cubas et al. , 2017). Esto resalta la importancia de divulgar y debatir el tema en cuestión, dado que la enfermedad afecta a los cánidos brasileños y pone en riesgo su preservación y conservación. 

La propensión al moquillo puede variar de acuerdo con la especie y la edad del individuo, sin embargo, en general, los animales jóvenes, de hasta seis meses de edad, tienden a ser los más afectados y presentan una mayor tasa de mortalidad. Se sugiere que la exposición de cánidos silvestres al virus está asociada a la presencia próxima de perros domésticos en áreas habitadas por especies silvestres (Jorge y Jorge, 2014 apud Zillmann, 2023). Paralelamente a esta realidad, se observó que, por ejemplo, en el Zoológico de la Universidad Federal de Mato Grosso (UFMT), todos los cánidos silvestres fueron seropositivos para el virus en especies como el zorro cangrejero (C. thous), lobo de crin (C. brachyurus), perro venadero (S. venaticus) y zorro de campo comúm (P. vetulus) (Taques et al, 2018 apud Zillmann, 2023).

El pronóstico del moquillo se considera reservado, por lo que la forma más eficaz de combatir la enfermedad es la vacunación (Jorge y Jorge, 2014 apud Zillmann, 2023). Actualmente, el protocolo de vacunación para individuos de la familia Canidae se ha realizado en cautiverio, además es importante mencionar que es preferible el uso de vacunas de virus muertos, ya que se han reportado casos de ejemplares que se han enfermado después de utilizar vacunas de virus vivos. El protocolo recomendado a seguir es muy similar al utilizado en perros domésticos, debiendo realizarse en cachorros nacidos en cautiverio a partir de los 45 días de edad, con tres dosis secuenciadas y en adultos sin historia previa de vacunación, se administran dos dosis secuenciadas, con un intervalo de tiempo entre dosis de 21 a 30 días (Zillmann, 2023).

En los cánidos salvajes, los signos observados durante la enfermedad son equivalentes a los observados en perros domésticos, como depresión, anorexia, fiebre, secreción mucopurulenta oculonasal, convulsiones, mioclonías y rigidez muscular (Almeida, 2018) y el tratamiento varía de acuerdo con las demandas de cada animal, es decir, es un tratamiento sintomático y de apoyo. Fluidoterapia, suplementos, antibióticos, analgésicos, antipiréticos y anticonvulsivos suelen ser utilizados en el protocolo terapéutico, destacando así la importancia de la vacunación para mantener la homeostasis y el bienestar de las especies afectadas. 

De lo expuesto se concluye que el moquillo canino es una enfermedad presente en la vida de los cánidos silvestres brasileños que puede afectar significativamente el bienestar animal. Por esta razón, es esencial que los profesionales del área tengan conocimiento de su epidemiología, para que puedan ser tomadas medidas profilácticas y/o terapéuticas. Es importante mencionar, además, el papel antropogénico como impulsor de este problema, dado que el virus del moquillo se transmite por contacto entre especies de cánidos domésticos y silvestres.


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