El Tapetí (Sylvilagus brasiliensis), también conocido como liebre del bosque o conejo del bosque, es un mamífero perteneciente al orden Lagomorpha y a la familia Leporidae (Pessoa, 2014). Aunque la caracterización taxonómica del género en Brasil no está perfectamente consensuada entre los especialistas, en general, se considera que la especie es la única del género Sylvilagus que habita exclusivamente en América del Sur, ocurriendo desde la costa oeste de México hasta el norte de Argentina (Pessoa, 2014). En Brasil, el Tapetí se puede encontrar en todos los biomas.
Los tapetíes tienen un pelaje denso, marrón oscuro en la parte dorsal y blanco con una base gris en la ventral. Tienen orejas y extremidades pélvicas cortas y son más pequeños que los conejos domésticos (Oryctolagus cuniculus), con un peso de entre 1 y 1,5 kg. Además, su longitud varía entre 21 y 47 centímetros, siendo los machos normalmente más pequeños que las hembras (Pessoa, 2014). Es un animal solitario que se alimenta principalmente de semillas, raíces, hojas y frutos, habitando principalmente bosques densos, pudiendo encontrarse en marismas y riberas. La especie tiene hábitos nocturnos, con mayor actividad al anochecer y justo antes del amanecer, ocultándose en refugios como troncos huecos o agujeros durante el día (Onçafari, 2024). El periodo de gestación de una hembra de tapetí dura entre 28 y 44 días, dando a luz entre uno y seis cachorros por camada. El nido está hecho de hierba seca u hojas y contiene una especie de forro hecho con el propio pelo de la hembra, lo que hace que el entorno sea más cómodo para las crías (Onçafari, 2024).
Aunque ha sido clasificado como de baja preocupación por el Libro Rojo de la Fauna Brasileña Amenazada del ICMBIO, el tapetí fue considerado amenazado en 2019 por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), con poblaciones en declive (Ruedas & Smith, 2019). Entre las principales amenazas para la supervivencia de la especie se encuentran la caza ilegal con fines culinarios, ya que el alto valor de su carne la convierte en una actividad lucrativa, y la introducción de especies exóticas, como la liebre europea (Lepus europaeus), que compite con los animales autóctonos por los recursos y el territorio.
También es importante señalar que, al igual que el conejo de los chaparrales (Sylvilagus bachmani), que habita en una estrecha porción de Norteamérica, el tapetí es un reservorio natural del mixomavirus, ampliamente distribuido por todo el mundo. En estas liebres autóctonas, el virus provoca el desarrollo de fibromas cutáneos benignos. Sin embargo, en los conejos y liebres de origen europeo, el virus provoca el desarrollo de una mixomatosis sistémica, caracterizada por la aparición de fiebre, letargo, pérdida de apetito, lesiones cutáneas, edema facial y ocular, disnea, conjuntivitis, ceguera y, finalmente, la muerte. El pronóstico de la enfermedad es desfavorable, ya que no existen agentes virostáticos eficaces (Pessoa, 2014; Bertagnoli & Maschandeau, 2015).La mixomatosis es una enfermedad de declaración obligatoria para cualquier caso confirmado (Brasil, 2013), y actualmente es la principal amenaza para los sistemas de cría de conejos (WOAH, 2021) y los conejos mantenidos como mascotas. Por lo tanto, la presencia libre de estos animales domésticos en lugares donde viven animales salvajes es un alto riesgo, ya que el virus se transmite mecánicamente por artrópodos, contacto directo y fómites (Pessoa, 2014; Penedo, 2023).
En la actualidad no existen proyectos dedicados específicamente al tapetí, por lo que la conservación de los ecosistemas que lo alberga es la principal herramienta de protección que se utiliza. Así pues, los esfuerzos de conservación deberían dirigirse a esta especie, por ejemplo, mediante la creación de criaderos de conservación y actividades de educación ambiental para la población no especializada, con el fin de evitar escenarios más catastróficos en el futuro.
Autor: Amanda de Castro - Directora de Divulgación del GEAS Brasil
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