En las últimas décadas, la biodiversidad ha sufrido grandes daños, principalmente como consecuencia de la destrucción de hábitats naturales, la introducción de especies exóticas y la caza ilegal. Como consecuencia, se eliminan los corredores naturales entre biomas que contribuyen al intercambio de material genético y a la heterosis. Las poblaciones aisladas ofrecen menos oportunidades de parejas, lo que favorece el apareamiento entre parientes, produciendo una descendencia más susceptible a la mortalidad impuesta por el entorno, como parásitos, enfermedades infecciosas y desnutrición. Por esta razón, las estrategias de conservación ex situ, como las técnicas de reproducción asistida y la criopreservación, son esenciales para mantener una población "de reserva" genéticamente viable (ZÚCCARI; SERENO, 2016).
Los bancos de genomas y la crioconservación de semen de animales salvajes comenzaron a introducirse en la década de 1980, cuando se describió que estas prácticas podían minimizar los efectos de la endogamia en animales bajo cuidado humano (PAULA, 2011). Actualmente, varias instituciones utilizan estrategias de biotecnología reproductiva para la conservación de especies amenazadas, como el Laboratorio de Conservación de Germoplasma Animal (LCGA) de Ufersa, coordinado por el Prof. Dr. Alexandre Rodrigues, donde ya se han aplicado técnicas de reproducción asistida a numerosos animales, como pecaríes, agutíes, coatíes, jaguares, pumas, tapires, emúes, entre otros. El LCGA cuenta también con un banco de germoplasma, con el objetivo de conservar el material genético de diversas especies para que pueda ser utilizado en el futuro para producir descendencia, especialmente de especies en peligro de extinción. Para ello, se almacenan en tanques de nitrógeno células animales como semen, embriones, ovocitos o células somáticas procedentes de tejidos recogidos de los animales. En estos tanques, las temperaturas son extremadamente bajas (-196 C°) y el material permanece conservado por tiempo indefinido, que puede ser de décadas o siglos (ZÚCCARI; SERENO, 2016).
Otro ejemplo importante de utilización de biotecnologías de reproducción animal en favor de la conservación de especies es el Centro de Investigación y Conservación de Cérvidos (Nupecce), que estudia especies de la familia Cervidae, concretamente del Neotrópico. Uno de los focos de Nupecce, coordinado por el Prof. Dr. Maurício Duarte Barbanti, es la investigación en temas como: la recolección y criopreservación de semen, la gestión reproductiva estacional , los protocolos para ovulaciones múltiples y transferencia de embriones (ROLA et al., 2021). Uno de los grandes desafíos en la aplicación de estas prácticas es que cada especie puede diferir mucho en cuestiones reproductivas, por más próximas que estén taxonómicamente, por lo que los protocolos utilizados para una especie, no necesariamente se aplican a otra de la misma familia, por ejemplo, lo que hace aún más especial el trabajo visto en el LCGA y en Nupecce (PUKAZHENTHI, 2004).
Aunque la falta de información sobre el ciclo estral y las biotecnologías aplicables a diferentes especies, la insuficiencia de fondos para la investigación y la poca atención científica al tema son todavía fronteras por romper, las prácticas de biotecnologías de reproducción animal aplicadas a animales salvajes ya nos están mostrando resultados, como los caballos de Przewalski (Equus ferus przewalskii), una especie ya extinta en estado salvaje pero que ha sido clonada, reproducida ex situ y reintroducida en su hábitat natural por el Zoo de San Diego en Estados Unidos (NOVAK, et al. 2023). Otro ejemplo es el rinoceronte blanco del norte, con sólo dos animales vivos en el mundo hoy en día, la última esperanza para esta especie es el material genético que se almacena en los bancos de germoplasma, que se está utilizando para producir nuevos embriones, dando a la especie una segunda oportunidad (HILDEBRANDT el al., 2021).
En definitiva, estas tecnologías son una de las muchas posibilidades de futuro para la conservación de la fauna salvaje, especialmente para las poblaciones de especies en peligro de extinción que, si no se interviene, se irán extinguiendo paulatinamente.
El caballo de Przewalski, primera clonación de una especie extinguida
Autor: Raul Perrone - Director Adjunto de la Dirección de la Asociación
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