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Foto del escritorGEAS Brasil

Las "sirenas" de las aguas amazónicas: Conozca al manatí amazónico


El orden Sirenia recibe su nombre de la asociación de las especies contenidas en este orden con las sirenas de las antiguas mitologías, con las que los antiguos navegantes confundían a menudo a estos animales. La confusión surgió porque cuando los sirenios salían a respirar, su aspecto envuelto en las algas que crecen en su lomo, remitía a la hipotética forma del pelo y la cola de una sirena. Este orden está formado por dos familias principales: Dugongidae y Trichechidae. Dentro de la familia Trichechidae, tenemos un único género: Trichechus y tres especies distintas: el manatí marino (Trichechus manatus), el manatí africano (Trichechus senegalensis) y el manatí amazónico (Trichechus inunguis). Este último es el más pequeño y el único restringido a ambientes de agua dulce en la cuenca del Amazonas, de la que hablaremos hoy.

El manatí amazónico es conocido por la ausencia de uñas en sus aletas pectorales, lo que le da el nombre científico de "inunguis": "sin uñas". Además, la especie tiene unas manchas blancas distintivas en su región ventral, que funcionan como una huella dactilar y son únicas para cada individuo. Estos mamíferos herbívoros son fundamentales para el ecosistema local y se encuentran principalmente en entornos más tranquilos con abundancia de plantas acuáticas, como la lechuga de agua. La especie puede pesar hasta 450 kg, se desplaza lentamente por las zonas superficiales de los ríos y tiene una tasa de reproducción baja, pues sólo da a luz una cría por gestación cada dos años y medio o tres. Estas características las hacen especialmente vulnerables a las actividades humanas, como la pesca, los accidentes de barco y la tala ilegal. Además, los casos de crías huérfanas como consecuencia de acciones antropogénicas son bastante comunes. Hay casos, por ejemplo, en los que la madre es capturada, mientras que la cría -que aún depende de sus cuidados- queda completamente desamparada y suele tener un final trágico. La falta de cuidados parentales es grave, dado que la cría es amamantada hasta que tiene unos dos años.

El manatí amazónico está clasificado como vulnerable por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), por lo que las actividades de conservación de la especie son esenciales para mantener el equilibrio ecológico de sus poblaciones y del bioma amazónico. Además de contribuir a la fertilidad de los ecosistemas acuáticos gracias a sus feces abundantes en nutrientes, estos animales ayudan a controlar el crecimiento excesivo de plantas acuáticas, lo que permite la entrada de luz en el agua y beneficia, por ejemplo, a otras especies que dependen de la fotosíntesis.

Comprender la historia y la biología de estos animales es crucial para conocer su importancia en nuestro planeta. Existen proyectos dedicados a este fin y al cuidado de las poblaciones de estas especies, como la asociación Peixe-Boi (@associacaopeixeboi) y la ONG Amigos do Peixe-Boi (@ampa_peixeboi).


Autora: Jordana Paiva - Directora Creativa de GEAS Brasil

Corrector: Iago Junqueira - Socio de GEAS Brasil a través del Instituto Espaço Silvestre


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